La historia del origen del flúor parece un cuento de leyenda. En la década de 1930, un médico de un pequeño pueblo de los Estados Unidos observó que los habitantes de esa zona apenas tenían caries. Hecho que asoció a que el agua que bebían sus paisanos contenía flúor, presente en aquellas tierras. Esto ha propiciado que algunos países (entre ellos España) hayan estado durante años añadiendo flúor al agua potable en aras de la salud dental de la población, lo que supone una grave intromisión en nuestra libertad.
Además, numerosos estudios han puesto de relieve que el flúor se acumula en los dientes y huesos, dando lugar a una enfermedad llamada fluorosis, que provoca manchas en los dientes y debilitamiento de los huesos del cuerpo, provocando dolor y rigidez en articulaciones.
El otro argumento para apoyar el uso del flúor fue la observación de que los tiburones no tenían caries. Por lo que se pensó que el mineral del que están hechos sus dientes (fluoroapatita) era más duro que el de los humanos (hidroxiapatita) debido a la presencia del flúor.
Sin embargo, recientes investigaciones realizadas por el equipo del profesor Matthias Epple en la Universidad de Duisburg-Essen (Alemania), han puesto de manifiesto que los dientes de los humanos son igual de fuertes que los de los tiburones. La ausencia de caries se debe a su dieta baja en carbohidratos, a que viven rodeadas de agua salina (que tiene propiedades antisépticas) y a que reemplazan los dientes varias veces a lo largo de su vida.
Entonces, ¿hay evidencias reales de que el flúor añadido a la pasta de dientes evite la caries?
La respuesta es contundente, NO. Según estudios realizados en la Universidad de Oslo (Noruega) y publicados en la revista Acta Odontologica Scandinavica, no hay diferencias en el número de caries en niños usando pasta de dientes con o sin flúor. Estos investigadores encontraron que lo que realmente mantiene la boca limpia y libre de gérmenes son los detergentes que llevan las pastas de dientes y un cepillado correcto.
La caries, el sangrado de encías (gingivitis) y otros problemas bucales son causados por bacterias que hacen que se desarrolle la placa dental. Para evitarlo, los dentistas recomiendan el uso de pastas de dientes que contienen sustancias antibacterianas como la clorhexidina o el triclosan. Estos compuestos químicos deben evitarse a toda costa, ya que interaccionan con el sistema endocrino del cuerpo, afectando al normal funcionamiento de la tiroides.
Para mantener la boca sana y limpia existen alternativas eficaces y naturales a estos antibacterianos peligrosos: los aceites esenciales. Las pastas de dientes naturales contienen esencias de plantas cuyo uso medicinal es bien conocido desde hace siglos, como el tomillo, árbol del té, salvia, hinojo, mirra, etc. Todas ellas tienen un potente efecto antibacteriano que nos permite tener una boca libre de caries. Estos dentífricos más eficaces los puedes encontrar en tiendas especializadas de productos naturales. Una de las marcas de referencia en pastas dentales es la Casa de la luna media, una cooperativa que lleva casi 25 años elaborando cosmetica ecológica con plantas cultivadas en Parque natural de la Sierra de Espadán en Castellón.
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